Una intervención que no deja a nadie indiferente, dos viviendas unidas en una que, originalmente, eran laberinticas, compartimentadas, donde los espacios estaban estrangulados y desaprovechados.
Los propietarios, con una personalidad arrolladora, han querido plasmar todo ese ingenio en su nuevo hogar, dotando cada estancia de elementos que la hacen única, irreverente, ICONO. Con una cocina donde se juega con los colores y las texturas, forrando de molduras y espejos toda la estancia dando una jerarquía al espacio y dotándolo de personalidad.
La altura de los techos era muy restrictiva al tratarse de un piso en un bloque plurifamiliar muy antiguo por lo que se ha hecho un estudio detallado de instalaciones e iluminación. Jugando con elementos decorativos como las molduras de pared, conseguimos dotar a todas las estancias de luz indirecta perimetral, bañando cada rincón de luz casi de manera teatral.